Destrúyeme con amor

Este es uno de mis escritos favoritos, como cada palabra que recibo; primero fue consuelo, y palabra para mi vida. “Destrúyeme con amor” es uno de las reflexiones más profundas que escribí y puedo compartirte. Habla de procesos de mucho dolor, pero también de una entrega incondicional a creer que Él único que nunca me lastimó, ni me hizo daño, es Él que se sienta a mi diestra a curar todas y cada una de mis heridas.

No sólo deseo, sino declaro que cuando leas este escrito por segunda vez, podrás notar como el Espíritu Santo de Dios, comienza a hablarte en áreas de tu vida, no sólo leas este escrito, sentilo. Pedile a Dios que esta lectura, sea una declaración de amor para que Él sane tus propias heridas. Él único que puede destruir con amor, todo lo que está corrompido en nosotros, es Dios. Si confías en esto que te esribo, aún sin conocerme, podrás sentir como su amor, te susurra al oído “"No hay pieza tan grande, pesada o pegada, que yo no pueda quitar de tí."

Destrúyeme con amor, Señor. Sólo tus manos pueden darle forma a este corazón tan endurecido por el dolor, por la decepción,
por el enojo, por la venganza, por cada situación en la que me ví tan perdido/a sin salida.

Destruye todo lo que no esté dentro de tu voluntad para mí.
Mi deseo es ser nuevo en tí, no dejes nada, Señor. Destruye todo lo malo que hay en mí.

Destruye las ataduras que tengo en mí a causa de las personas que no me pueden dejar ir.

Destruye todo lo que arrastro de generaciones pasadas. Crea una nueva raza, a partir de mí.

Te doy mi corazón, nada deseo más que volver a nacer, nacer en tí.

Sólo tú puedes destruir y volver a construir. Sólo tú, puedes hacerlo con tanto amor.

No rompes con bronca o con desquite, de a pequeños golpes vas sacando y desarmando, cada parte de mí.

Mientras secas mis lágrmas de dolor, mientras tocas mi cara y me dices:
"todo va a estar bien" "apóyate en mí, mientras saco las piezas que están más pegadas"
"ya casi terminamos, lo estás haciendo muy bien" "No hay pieza tan grande, pesada o pegada, que yo no pueda quitar de tí."
" Hoy es el último día que te sientes morir en vida, de tanto llorar y llorar por horas" " No hay dolor, no hay lágrima tan espesa,
que yo no haya visto caer por tu rostro, con cada lágrima derramada te daré nuevas sonrisas y risas, por miles y millones
de carcajadas, verás volver a tí".

Cuando estés viviendo "los buenos tiempos", no permitiré que te olvides los tiempos pasados, para que juntos podamos llorar,
pero llorar de alegría.

No hay nada que yo no pueda ver. Tu deuda fue pagada, fue pagada a un alto precio con sacrificio de amor.

Ten fuerza, ten fe, pronto llegarán esos tiempos, esos tiempos buenos, que tanto esperaste y anhelaste por años.

Mi presencia está sobre tí y no tardará en llegar todo esto que te digo.

Amén y amén.

Anterior
Anterior

Antes de la creación del mundo

Siguiente
Siguiente

Tú, simplemente pregunta